Jueves, 02 Noviembre 2017 07:48

Ángeles somos en Itá Ibaté recibieron la bendición del padre Víctor Aranda

POR EL PROF. VÍCTOR EDUARDO PRUYAS

Jueves, 2 de noviembre de 2017

Una fiesta tradicional llamada “Ángeles Somos” que se celebra principalmente en el interior de Argentina, especialmente en Corrientes.

Día de Todos los Santos (1 de noviembre), niños recorren las casas y calles de esta y otras ciudades correntinas disfrazados de ángeles. Los niños pidiendo regalos y orando en las casas y los mayores van de casa en casa cantando coplas y festejando.

La tradición correntina “Ángeles Somos” se ha ido perdiendo en la capital de la provincia pero se ha mantenido con fuerza en el interior como en Caá Catí, San Miguel, Berón de Astrada e Itá Ibaté.

Es una conmemoración festiva conocida como Ángeles Somos, cuyo origen se remonta a las épocas de la hispanidad y no existen fechas precisas que se conozcan pues se trata de una expresión popular de tradición oral y vivencialidad.

La festividad se divide en dos días, el primero está destinado a recordar y conmemorar a bebés y niños que fallecieron, y para eso salen los niños a pedir golosinas o juguetes invocando “Ángeles somos”.

Al día siguiente, 2 de noviembre, salen al atardecer los adultos, invocando: “Ángeles tomos o ángeles Loros”.

En algunos casos se finge la voz y se le da a los recitados o serenatas un efecto picaresco, como una manera de relajar las tensiones que provocó el recuerdo del ser querido que murió”.

NIÑOS RECORREN LAS CALLES

La Celebración de todos los Santos, el día 1 de noviembre, se realiza de modo particular en algunos pueblos del interior de la Provincia de Corrientes, Argentina.  Y  muy especialmente en la localidad de Nuestra Señora del Rosario de Caá Catí, San Miguel, Berón de Astrada y ahora en Itá Ibaté.

Ayer, desde las 8:30 hs horas, los niños de 5° Grado Jornada Extendida, en representación de toda la Comunidad Educativa, han ido a la Parroquia "Inmaculada Concepción" a recibir la bendición del Párroco Víctor Aranda, para luego recorrer las casas, munidos de una cruz pequeña, envueltos en flores, algunos con estampitas, pidiendo la colación a cambio de su bendición.

Llevaron también una bolsa donde colocar los regalos y dulces que les darán cuando lleguen de visita a las casas, en el transcurso de la jornada.

Durante toda la mañana grupos de niños pequeños y grandes, circulan por las calles cantando: “Ángeles somos, ángeles somos, colación, colación la bendición de Dios”. O también: “Ángeles somos, ángeles somos, bajamos del cielo y pedimos limosna”.

La dueña de casa les entrega en las bolsitas preparadas para el efecto, dulces, tortas, panes, chipá, pastelitos y toda otra delicia, preparada el día anterior y agasaja así a los pequeños que caminan de casa en casa, cantando y tocando campanitas y cencerros.

Cuando son bien recibidos, los niños recitan versitos como: “Esta casa es de rosa, donde vive la hermosa”, o “Esta casa es de manzanilla donde vive la buena familia”.

Y  para el caso en que los niños no sean atendidos o no se les da nada, tienen el verso preparado: “Esta casa es de espinas donde vive las mezquinas”.

Algunos rezan una oración en forma espontánea, y otros, son los dueños de casa los que les hacen rezar. Y así durante toda la mañana, van caminando y cantando “Ángeles somos”, repartiendo su alegría y su ternura, a todo el pueblo y visitantes que llegan para vivir esta hermosa tradición popular. Al promediar la mañana, los niños concluyeron su jornada, en la Escuela, donde comparten todo lo recolectado.


TAMBIÉN LOS ADULTOS, PERO A LA NOCHE

Esta celebración no conoce clases sociales, pues todos los niños del pueblo salen a colectar las colaciones; algunos van vestidos de ángeles, y también bebes con sus mamás que los llevan en brazos o en el cochecito.

Conmueve ver los grupitos de niños expresando su inocencia, en busca de la colación, a cambio de bendición.

Esta fiesta moviliza a todos habitantes, que se preparan desde el día anterior, para recibir a los angelitos.

Ese día, no hay clases, a pesar de que la escuela está abierta y los maestros esperando. Es que los “ángeles somos” han dictado su propio asueto.

Por la noche es el turno de los mayores. Ellos también celebran “Ángeles Somos”.Se llega a las casas sin golpear ni tocar timbre. La música y el canto son  los encargados de levantar a los habitantes si  están durmiendo, otros esperan levantados. Terminada la interpretación musical, el dueño/a  de casa invita a pasar y continuar la serenata en el interior de la casa o el patio.

Y  si no, procede a entregar la preciada colación consistente en una bebida espirituosa, que es lo más común, y algún pedazo de  torta o lo que tuvieren.

Y  que habían preparado durante el día para agasajar a los “angelestomeros”, que es la expresión tradicional, ya que en ese trajín ya se debía tomar y comer al estilo de los mayores.

Es por eso, que durante toda la noche, se cruzan numerosos grupos de músicos que van interpretando de casa en casa, las canciones preparadas para el efecto.El pueblo entero se pasa de serenata en serenata, que terminan casi al despuntar el alba.

Con los participantes agotados después de llevar su canto de amor y amistad, en esta celebración tradicional, conocida en toda la región.

¿CUÁL ES EL ORIGEN DE ESTA TRADICIÓN?

La celebración de “ángeles somos”, no tiene origen escrito. Es una tradición cristiana traída por los sacerdotes católicos en los tiempos de la evangelización. Es muy  antigua y tiene sus orígenes en el mismo tiempo en que  los pueblos se fueron formando.

Es costumbre católica celebrar el Día de todos los Santos junto con el día de los Angelitos que bajaban del cielo a traer  su mensaje de amor y esperanza, dando y recibiendo bendiciones, a través de coplas inventadas por ellos mismos. Estos angelitos son  niños de las familias que han partido al cielo en su corta edad.

Es por eso que el día de Todos los Santos, ellos bajan a la tierra a traer su bendición. Y es costumbre darles la colación o presente, consistente en tortas, caramelos o pasteles.

Itá Ibaté, ayer, no fue ajeno a eso. Con 140 años de historia, tomó esas raíces cristianas y fue difundiendo por toda la región.Hasta estos días, existen Ángeles somos en Itá Ibaté, y cada vez es más fuerte la costumbre de celebrarlo.
Es una tradición muy enraizada, y cada día crece más y más, de tal manera que vienen niños de otros pueblos que tienen parientes en el lugar, a participar de esta fiesta.

Tanto ha crecido en esta y en otras partes de la Provincia de Corrientes.

Devoción que ha sido declarada de interés turístico por las autoridades provinciales.

Los medios periodísticos escritos y televisivos se hacen presentes para tomar las imágenes de los “Ángeles Somos”, pues se ha convertido en una hermosa y sana tradición de festejar la fiesta de todos los santos.

Esta es una sana costumbre de celebrar y digna de ser imitada por otras comunidades.

Es por eso que a poquito, en las distintas parroquias de la Provincia de Corrientes, se empieza a catequizar y enseñar esta santa tradición de celebrar el día de Todos los Santos, por medio de la tierna fiesta de “Ángeles Somos”.

Quiera Dios que se pueda expandir lo más posible, a todas las parroquias del país, y por qué no, en las del mundo entero.

Ver fotografías en faecbook: Ángeles somos Recibieron la bendición del padre Víctor Aranda

 

 

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