Viernes, 17 Agosto 2018 07:58

Cleopatra Barrios presentó Loreto: Memoria Guaraní Jesuítica Viva en el Iberá, en la 1° Feria Regional del Libro de Ituzaingó.

CONTRIBUYENDO A LA CONSTRUCCIÓN DE LA HISTORIA DEL PUEBLO

Viernes, 17 de agosto de 2018

Este jueves en el complejo polideportivo de Ituzaingó se presentó el libro titulado Loreto: Memoria Guaraní Jesuítica Viva en el Iberá, que describe la formación histórica, cultural y geográfica. Compilado por los autores, coordinadora Cleopatra Barrios, Paola Barrios, Iván Bondar, Félix Ignacio Contreras, Mariana Giordano, Graciela Guarino, Ronald Isler, Julio Meza, Araseli Ojeda, Diego Ojeda, Alfredo Poenitz, y María Laura Salina.

La presentación se llevó a cabo en la primera Feria Regional del Libro de Ituzaingó, en la sala Muñequita Duarte Ojeda, a cargo de la loretana Cleopatra Barrios investigadora del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), acompañada del intendente de Loreto Sebastián Torales, del Prof. Iván Bondar director del Museo de Ituzaingó y la Prof. Andrea Breard.

El libro surge de la inspiración del intendente Torales en el marco de los 200 años que cumplió Loreto el año pasado, y la encargada de diseñar la obra fue Cleopatra Barrios que en su introducción señala.

“Las páginas de este libro comenzaron a escribirse a principios de 2017 por una iniciativa conjunta del Municipio de Loreto, Corrientes, y del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI), dependiente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE)”.

“Ese año Loreto, pueblo de origen post-jesuítico, celebró 200 años de su fundación y en el marco conmemorativo, estas instituciones acordaron concretar una publicación sobre la formación histórica, cultural y geográfica de la comunidad”.
“La localidad se encuentra ubicada en el departamento de San Miguel, centro-norte de la provincia de Corrientes, República Argentina; distante a unos 200 kilómetros de la capital provincial. Esta comuna también es considerada uno de los portales de acceso a los Esteros del Iberá que forman parte del Acuífero Guaraní, la tercera reserva de agua dulce más importante del mundo”.

“Ese espacio natural, poblado por una vegetación frondosa y una fauna variada adaptada al ecosistema de esteros, lagunas y bañados, configuraba a principios del siglo XIX un escenario agreste y de difícil accesibilidad”.

“Principalmente por este rasgo, la zona iberana fue elegida por los pueblos que procedían de las devastadas Misiones Jesuíticas Guaraníes para refugiarse de los constantes ataques luso-brasileños y paraguayos que azotaban sus reducciones”.

“En ese contexto, puede comprenderse que el asentamiento de Loreto en las tierras correntinas fue el producto de una intensa lucha por la su pervivencia de los pueblos guaraní-misioneros forzados a un largo proceso de migraciones teñido de violencia. Nuestra Señora de Loreto de Pirapó se denominó la primera reducción fundada alrededor de 1610 por los padres de la Compañía de Jesús, José Cataldini y Simón Mazzetta, en la región del Guayrá (actual estado de Paraná, Brasil). Los asedios de los bandeirantes y mamelucos obligaron su traslado y asiento en 1632 junto a San Ignacio Miní, en cercanías al arroyo Yabebiry (actual provincia de Misiones, Argentina)”.

“Finalmente, la expulsión de los jesuitas hacia 1767 y el contexto de combates, saqueos, destrucción y muertes llevaron el último tramo del éxodo de guaraníes hacia sur de la Tranquera de Loreto, en lo que es hoy la provincia de Corrientes, donde se establecieron en la primera década de 1800”.

“Las circunstancias del episodio fueron narradas a sus descendientes por los líderes indios que guiaron la huida. Entre estos se destaca el testimonio de doña Ana Chapay, nieta del cacique Blas Chapay”.

“Ella relató que el escape tomó la forma de “una peregrinación dura y penosa, llena de privaciones”, presidida por las imágenes religiosas católicas construidas en los talleres de las Misiones. Las tallas sagradas eran consideradas reliquias muy valiosas para la población guaraní-misionera. Procedían, al igual que los emigrados, de la reducción loretana y también de otros pueblos de los departamentos de Candelaria y Concepción”.

“La caravana fue custodiada por el comandante en armas, José Ignacio Guayaré junto a 80 milicianos indios”.
“Una columna de los exiliados que llevaba en andas a la venerada imagen de Nuestra Señora de Loreto hizo un alto en las lomas de Yatebú. Allí se estableció Loreto cercada por la fortaleza de cuatro lagunas, entre los afluentes de los ríos Paraná, Santa Lucía y el estero Carambola. Una segunda columna, con la imagen de San Miguel Arcángel siguió hacia el sur y fundó San Miguel”.

“En referencia a este proceso, Armengol Alegre, primer maestro graduado de la escuela de Loreto, consideró a la fundación de esta comunidad como “un episodio único en la zona, cuya tradición merece ser conservada como testimonio de un triunfo de la fe, que edificó un pueblo con las reliquias de otro”.

“Numerosos documentos constatan que los primeros años de vida de estos pueblos estuvieron guiados por las autoridades guaraníes que trasladaron a esta nueva tierra las formas de organización política, económica, social y cultural heredadas de las Misiones”.

“Incluso unos años después que Loreto y San Miguel se incorporaran oficialmente a la jurisdicción de la provincia de Corrientes, en 1827, mantuvieron el cabildo como principal herramienta de administración y gobierno”.

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